Además de andar como zombi durante el día... ¿qué tan malo puede ser realmente dormir un poco menos de la cuenta?
Los estudios muestran que la pérdida de sueño crónica puede afectar los
niveles de azúcar en la sangre y hacer que el cuerpo produzca menos
leptina (la hormona que controla el apetito) y más ghrelina (la hormona
antagonista de la leptina que hace que te dé más hambre y que tu
metabolismo se ponga lento). Debido a estos cambios fisiológicos, es más
probable que tengas más hambre y que comas de más durante el día luego
de una noche en vela (o con un sueño pobre).
No sólo eso, es probable que tus decisiones sobre qué vas a comer no sean muy inteligentes que digamos, y termines
comiendo más de aquello que es más engordoso y menos nutritivo. La gente cansada se ve particularmente atraída hacia los azúcares y los carbohidratos de alto índice glucémico, probablemente porque el cuerpo está buscando un estímulo rápido.
Cuando estamos estresados ocurre una situación similar.
De hecho, la falta de sueño es una forma de estrés. Y cuando aumenta el
estrés, el cuerpo produce
cortisol la criminal hormona estresada,
antagónica de la serotonina, que además es responsable de que tengamos
tendencia a almacenar grasa en el área abdominal (conocida en los bajos
fondos como "tripa" o "barriga de cervecero").
Creo que a todos nos ha pasado alguna vez, ¿cierto? Las ganas de comer
galletas, chocolates y dulces para "espabilarnos" si hemos dormido mal,
nos hemos acostado tarde, o nos hemos levantado demasiado temprano... (y
si no lo has notado, la próxima vez que te den antojos de dulce chequea
cómo estuvo tu sueño la noche anterior... seguramente encontrarás una
relación).
Para completar el cuadro patético, la falta de sueño también afecta el
autocontrol, lo que nos hace más propensos a caer ante la mirada
provocante de aquél trozo de brownie y a ignorar los gritos desesperados
de la ensalada de zanahorias que habríamos elegido en otra situación.
Como ven, cuando no dormimos lo suficiente, entre el desastre hormonal,
el exceso de calorías por las comilonas de dulce, y la menor cantidad de
calorías quemadas por el letargo, nuestro cuerpo se convierte en una
maravillosa máquina almacenadora de grasa
EN RESUMEN
La falta de sueño disminuye la cantidad de leptina y aumenta la cantidad de ghrelina y de cortisol, lo que hace que:
- Se frene la pérdida de grasa. - Comamos más de la cuenta.- Comamos alimentos poco (o nada) dietéticos.- Quememos menos calorías (disminuye el metabolismo).- Perdamos masa muscular- Disminuyamos la intensidad de nuestro entrenamiento. - Aumente el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina.
- Se frene la pérdida de grasa. - Comamos más de la cuenta.- Comamos alimentos poco (o nada) dietéticos.- Quememos menos calorías (disminuye el metabolismo).- Perdamos masa muscular- Disminuyamos la intensidad de nuestro entrenamiento. - Aumente el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina.
El sueño reparador eleva los niveles de hormona del crecimiento, disminuye la ghrelina y el cortisol, y aumenta la leptina y la serotonina, lo cual:
- Facilita la regeneración muscular.
- Propicia la utilización de la grasa almacenada.
- Mantiene el apetito bajo control.Mejora el estado de ánimo y produce más energía.
Fuente: www.minuevadieta.blogspot.com
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