La comida chatarra está elaborada con almidón de
maíz, patatas o harina de trigo; ingredientes por demás conocidos y
saludables en su justa medida. Pero el problema es que a esto no se le
suma nada más. Con poca y nada de proteínas, vitaminas, minerales y
fibras, las creaciones chatarra no sólo no nutren sino que, además,
incorporan una larga lista de aditivos químicos que estabilizan,
conservan y engañan el paladar y la vista.
Con una proporción de sal excesiva, los
alimentos basura como también suelen llamarse, provocan la inminente
necesidad de beber una gaseosa helada. Otra forma de alimento vacío. La
ingesta excesiva de sal se relaciona directamente con la hipertensión,
condición que lleva a un desgaste cardíaco.
La proporción de nutrientes de este tipo de alimentos pensados para
gustar y vender no es la adecuada ya que liberan mucha energía debido a
su alta proporción de carbohidratos (Hidratos de Carbono, glúcidos o
almidones) aportando muy escasos nutrientes como proteínas, vitaminas y
lípidos de alto valor nutritivo. A cambio, logran un buen precio y
color y sabor mediante el añadido de saborizantes y colorantes
artificiales.
El alto contenido de polisacáridos de fácil digestión contenidos en este tipo de alimentos, provoca una subida rápida del nivel de glucosa en sangre
generando una rápida satisfacción de la sensación de hambre, sensación
que no perdura mucho al no estar acompañada de fibras y proteínas. Al
cabo de una hora, se vuelve a sentir hambre pese a haber consumido un
buen número de calorías.
Fuente: www.natulinea.com
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